martes, 17 de diciembre de 2013

Los sillpanchos de Doña Antonia y Doña Anita en Las Islas

Doña Antonia y Doña Anita, (casi) gemelas

Sillpancho de Doña Anita en las Islas de Cochabamba.
Como casi todo en el país, los primeros afanes a tono con la modernización gastronómica vinieron de la mano de la iniciativa popular. Así, sin el concurso de tenebrosos empresarios cementeros o más tenebrosas transnacionales, la ciudad de Cochabamba tuvo, desde fines de los 90, su primer gran centro de comida rápida en Las Islas. Un área verde que comienza en la avenida América esquina Villarroel acoge desde entonces a anticucheras, hamburgueseras y, cómo no, sillpancheras, entre una muy amplia oferta de comida económica, al paso y al aire libre que incluye cerdo ahumado, tacos, pizzas, pollos y choripanes.

Sillpancho Antonia
Dos de las más antiguas sillpancheras, Doña Antonia y Doña Anita, atienden lado al lado y en competencia por los comensales del emblemático plato regional. Aunque, a decir verdad, es el trancapecho (sillpancho en pan) el producto estrella de ambas, el que las hizo dos de las caseras más entrañables para aquellos con la urgencia de saciar velozmente el hambre con una excesiva -sin embargo rica- suma de carbohidratos o para los que, de madrugada, ven la necesidad de llenar -y con eso recuperar- el estómago con algo que no sean más copetines.
Claro, en los puestos también se vende el sillpancho en plato, en los dos casos -no podía ser de otro modo- a un mismo y accesible precio: Bs 13. Teniendo cada uno su propia caserita, los integrantes del PSP nos propusimos ser parte de la competición. Hallamos más parecidos que diferencias. Los apuntamos ahora.
De entrada, el preparado de Anita se distingue inmediatamente por incluir una generosa porción de locoto en su ensalada (ambas constan de tomate y cebolla en cubitos). Si bien la carne que sirve Antonia es más grande y llega a sobrepasar el plato, la de Anita es menor aunque más sabrosa por un dejo de pimienta y pan molido en cantidades no abusivas (demás está decir que en ambos casos la materia prima es carne molida, luego apanada, es decir distinta a la de la usanza tradicional). 
Sillpanchos de Doña Anita y Doña Antonia

El arroz de Antonia gusta más a los que lo prefieren pastoso, el de Anita a los que lo quieren algo más graneado. Las papas son prácticamente las mismas, cocidas y después fritas, pero otra diferencia es que Antonia sirve un huevo estrellado más grande que el de su competidora. Ambos alimentos sin embargo, en las dos casetas, vienen con feos pedazos negros que corresponden a peroles sucios. Por supuesto, no mucho más se puede esperar de los sillpanchos de comida rápida, que son buenos para saciar dignamente un hambre urgente con poca inversión. Y, si también hay sed en las filas, ni bien uno se sienta recibe ofertas de muy pasables jugos de lima y mokochinchi, a Bs 5 el vaso grande.
La atención de los empleados de las caseras es correcta, habrá que sin embargo tomar en cuenta que, al estar las mesas al aire libre, uno debe cuidar sus pertenencias y tratar de asumir con filosofía el trabajo de músicos eventuales o la incursión de personas con la misma necesidad de alimentarse pero sin el dinero para tal propósito.
Sillpancho Anita
Ya con el estómago lleno no es muy fácil reconocer cuál plato corresponde a quien. De ahí el título de esta nota y la calificación simultánea para ambos puestos. Aunque -siendo sinceros- para nosotros gana, por muy muy poquito, Doña Anita.


Sillpancho Antonia
























piquesillpanchopicante@gmail.com

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