miércoles, 11 de diciembre de 2013

El sillpancho de la heladería/confitería/restaurante Dumbo

Las apariencias engañan

Presentación del Sillpancho de la heladería Dumbo de Cochabamba.



La heladería Dumbo atiende en Cochabamba desde hace más de 20 años. Es, probablemente, uno de los primeros negocios gastronómicos -digámosle- “elegantes” de la ciudad. También una de las primeras heladerías estilo “fuente de sodas” a lo estadounidense. Antecedido por la afamada heladería Kivón, el establecimiento hace algunos años competía con otros similares como Bambi y Unicornio, ya desaparecidos, a excepción de rivales añejos como la heladería Cristal y algunos relativamente nuevos como Donal. La heladería Dumbo, junto a Globos, tiene casi el monopolio de las heladerías/restaurantes/confiterías de la Llajta.
Hace dos décadas, ir al Dumbo era excepcional, con suerte pasaba una vez al mes. Visitar esta heladería representaba todo un acontecimiento para un niño o adolescente (ya sea por buenas notas en el colegio, buen comportamiento o porque algunos padres solo se podían costear esporádicamente este agasajo). El poder degustar uno de esos poderosos helados en una copa más grande que una cabeza era toda una experiencia. Eran buenos tiempos cuando todavía servían algo de helado y no tanta manteca.
En fin, Dumbo se fue expandiendo, agregando confitería y posteriormente comida a su menú, desde platos express hasta más elaborados de la “alta cuisine” e incluso criollos típicos de la región. Por todo lo anterior, el Proyecto PSP se fue a probar el sillpancho de este local.
El preparado llega a la mesa luego de 20 minutos, en una vajilla cuadrada estilo nipón, que aparenta ser de calidad y buena marca. La carne cubre toda la superficie del recipiente. Se ven además dos huevos de tamaño mediano y una ensalada compuesta por tomate, cebolla, locoto y zanahoria picada en pequeños cubos casi uniformes.
La carne, por su tamaño y extensión, hace pensar lo peor: que se trata de otro apanado de carne molida, alargado hasta la máxima expresión. Para sorpresa nuestra, luego de debatir y diseccionar el bisté, corroboramos que se trata de un filete de carne pura, muy bien seleccionado y sazonado. Y por el precio del plato (Bs 42) y la cantidad (alcanza para unas dos personas sin mucho apetito), tendría que serlo. Con la porción justa de pan molido, la cocción es desde tres cuartos en adelante, dependiendo del grosor de la carne, que varía por su extensión. Resalta un toque de pimienta.
La papa no es de tiponativa. Está cortada en rodajas transversales, con buen sabor y buena cocción, solo que en pedazos muy grandes y en una porción algo grosera. El otro carbohidrato que acompaña la comida, el arroz, destaca por su tonalidad blanca. Está bien reventado. El huevo presenta una cocción uniforme entre la yema y clara, con buen color y textura. No está nada aceitoso.
Su ubicación en la avenida Heroínas casi 25 de Mayo hace del Dumbo un lugar céntrico y accesible, aunque por el tráfico y la ordenanza que prohíbe el parqueo en una de las vías principales de la ciudad, es difícil hallar estacionamiento. Asimismo, no es recomendable ubicarse en la planta baja por el ruido de la calle (transporte público, manifestaciones) o cerca a los televisores del local, sobre todo si es que uno no es afín a los éxitos musicales latinos del momento.
Si bien el sillpancho destaca, la atención no es de lo mejor. Es más, los garzones son descuidados, casi se olvidan del refresco y, luego de dos llamados de atención, además de una media hora de espera, la cerveza -que solo se vende en balón por lo que es muy cara- pudo llegar a la mesa. Quienes atienden se portan indiferentes y sin mucha voluntad.
A nivel general, Dumbo es un lugar salubre para ir a comer. Algunos aspectos de su infraestructura -como los baños y la mantelería- están algo descuidados por el desgaste del tiempo. Fuimos sin esperar mucho del sillpancho que sirven en la también heladería más grande de Cochabamba. Nos llevamos algunos disgustos por la atención y pequeños detalles que afean la experiencia (como por ejemplo el costo del todo excesivo de la jarra de refresco: ¡a Bs 34! la de litro y medio). Sin embargo, tuvimos una sorpresa positiva. Las apariencias engañan.























piquesillpanchopicante@gmail.com

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